Hasta hace algo más de un año, los únicos juegos de mesa que conocía era los tradicionales juegos reunidos (parchís, la oca, la escalera…) y los que suelen estar en las estanterías de las jugueterías en reyes: el trivial, el party, scartegories.. y similares.
Si bien he podido comprobar que hay muchos juegos de mesa que merecen la pena tanto o más, incluso que los más populares, y entre ellos uno de los que más me han enganchado es el llamado «Ciudadelas».
¿Qué necesitas saber?
Cómo es
Conocí este juego a través de unos amigos que ya eran habituales jugadores del mismo, y tras dedicarle una tarde me pareció buena idea adquirirlo para mi novio que es bastante aficionado a los juegos de mesa.
En la versión que adquirí, que es la tercera edición, la caja es pequeña, muy manejable pues puede llevarse encima sin ninguna dificultad. Ello es debido a que se trata de un juego de cartas, que no necesita tablero de juego.
El contenido de la caja es:
- 82 cartas de distrito
- 18 cartas de personajes
- 8 cartas de ayuda de juego
- 1 carta de corona
- 30 monedas de oro
- instrucciones del juego
En esta tercera edición se incluye una expansión «Ciudadela Oscura» que añade 11 cartas de distrito especiales.
Objetivo del juego
Cada jugador tiene que construir ocho distritos en su ciudad. Cuando el primer jugador construya ese octavo distrito, finaliza el juego y gana el jugador que mayor puntuación haya conseguido.
La puntos se consiguen:
- Por distritos, cada uno cuesta diferentes monedas de oro, equivalentes a la puntuación que nos reportan. Existen algunas excepciones pues existen cartas especiales que reportan mayor puntuación de lo que cuesta su construcción.
Lo que se llama distritos son cartas que representan diferentes edificios de la ciudad como el mercado, el monasterio, el museo… - Por colores: cada distrito tiene un color que puede ser: rojo, azul, verde, amarillo y morado. Si un jugador construye en un ciudad al menos un distrito de cada color, obtiene tres puntos.
- Por completar la ciudad: cada jugador que complete al final de la partida una ciudad con ocho distritos obtiene dos puntos.
- Por ser el primer jugador en construir los ocho distritos: se obtiene cuatro puntos de victoria.
También pueden obtenerse puntos adicionales en función de cartas especiales (las de color morado), que en cada caso varía, y viene señalado en la propia carta.
Número de jugadores y personajes
Una de las principales ventajas que tiene el juego es que cabe un amplio abanico de posibilidades en las partidas pues puede jugarse desde tan solo dos personas, hasta un máximo de ocho jugadores.
Se dice que el tiempo de la partida es aproximadamente de 60 minutos, pero desde luego es variable en función de cuantos jueguen y de lo que mediten cada jugada, pero tranquilamente se pueden echar un par de horas con cinco contricantes.
En una partida de juego habrá varias rondas.
En cada ronda, cada jugador asume el rol de un personaje que se eligen al principio del turno. De esta forma cuando todos los jugadores acaben el turno en la primera ronda, comenzará una segunda en la cada jugador asume de nuevo el rol de un nuevo personaje.
Los personajes en el modo normal del juego son:
- El asesino. Cuando comienza su turno, designa a otro personaje (por ejemplo, el asesino mata al rey) y el asesinado pierde su turno en esa ronda.
- El ladrón. Cuando comienza su turno designa un personaje al que roba sus monedas de oro (por ejemplo el ladrón roba al arquitecto) y el robado debe entregarle sus monedas de oro (si las tuviere) cuando comience su turno.
- El mago. Su habilidad consiste alternativamente en: o descartar cartas de su mano para robar del mazo un número igual de cartas, o bien intercambiar todas sus cartas por las de otro jugador. Puede utilizar o no su habilidad, y en cualquier momento del turno.
- El rey. El jugador que posea la corona en cada ronda, comenzará a elegir personaje. Además cobra una moneda de oro por cada distrito de color amarillo que tenga construido en su ciudad.
- El obispo. Cobra una moneda de oro por cada distrito de color azul que tenga construido en su ciudad. Además sus distritos no pueden ser destruidos por el condotiero.
- El mercader. Cobra una moneda de oro por cada distrito de color verde que tenga construido en su ciudad y además obtiene una moneda de oro adicional en su turno.
- El arquitecto. Su habilidad consiste en coger dos cartas del mazo adicionales, y puede llegar a construir hasta tres distritos en un mismo turno (el resto de personajes solo pueden construir uno por turno)
- El condotiero. Cobra una moneda de oro por cada distrito de color rojo que tenga construido en su ciudad y puede destruir en su turno un distrito de otro jugador pagando una moneda de oro menos de lo que cueste su construcción.
Estos personajes, los habituales, pueden ser sustituidos por otros personajes, digamos para jugadores avanzados.
Por ejemplo en una partida podemos decidir sustituir al mercader por el alquimista y al arquitecto por el navegante, que tienen diferentes habilidades. No voy a mencionar estos personajes alternativos y sus distintas habilidades, para no complicar más la lectura. Simplemente apuntar esta opción.
Mecanismo del juego
Cuando comienza el juego, en la ronda primera, se determina a suertes quien será el primer jugador en elegir personaje.
El jugador descartará al azar una o varias cartas de personajes, boca arriba o boca abajo (esto varía en función del número de jugadores en la partida) y elige a un personaje entre los que queden (por ejemplo el mercader).
Después pasa las restantes cartas de personajes al jugador de su izquierda para que efectúe su elección, y asi sucesivamente hasta el último participante.
Cuando todos los jugadores hayan elegido personaje comienzan los turnos de cada uno. El jugador que tenga la corona de rey, efectuará la lectura por orden de forma que primero juegue el asesino, después el ladrón, el mago, el rey, el obispo, el mercader, el arquitecto y en último lugar el condotiero.
En su turno cada personaje puede hacer las siguientes acciones:
- ¡Coger dos cartas del mazo de distritos, quedándose con una de ellas y descartando la otra; o bien coger dos monedas de oro.
- Construir distritos, normalmente uno por turno, excepto el arquitecto que puede llegar a construir hasta tres. No pueden construirse distritos repetidos en la ciudad.
- Cobrar impuestos, por los distritos construidos que correspondan a su color. Esta acción puede hacerse antes o después de contruir.
En realidad el oden de las acciones puede variar, y primero construir y luego coger monedas.
Cuando todos los personajes hayan jugado su turno, comienza la segunda ronda, en la que de nuevo cada jugador elige personaje siguiendo el mecanismo apuntado.
Ello significa que en la primera ronda podemos jugar bajo el rol del asesino, y en la segunda del condotiero, en la tercera como mago o el que mejor nos convenga en función de las cartas que nos lleguen o la estrategia que queramos desarrollar.
El juego termina cuando el primer jugador haya construido ocho distritos en su ciudad, debiendo jugar su turno todos los personajes en esa última ronda. Quien haya obtenido mayor puntuación es el ganador.
Mi opinión sobre Ciudadelas
La valoración del juego la puedo resumir en apenas tres palabras: sencillo pero adictivo.
Aunque con la lectura pueda parecer más complicado de entender, lo cierto es que cualquiera con jugar una partida y ver el mecanismo de juego, ya puede ganar a Ciudadelas, no se requiere un estudio de multitud de reglas ni hace falta dejarse la mente en estrategias sumamente retorcidas.
Es muy sencillo de jugar y de entender el mecanismo de juego, lo que son sin duda puntos muy positivos para un juego de mesa en el que se puede reunir toda la familia, los amigos, y de todas las edades (está indicado a partir de los 10 años).
Pero la sencillez no es incompatible con el entretenimiento ni la diversión. Realmente el conseguir construir tu ciudad antes que los demás, o con mayor puntuación eligiendo el rol del personaje más adecuado, no ser «cazado» por los demás contricantes (que sin duda intentarán asesinarte o robarte en tu turno, o cambiarte sus cartas, o destruirte tus construcciones…), el deducir que personaje han escogido los demás para cazarles a ellos.. son argumentos a favor del nivel de adicción que puede llegar a crear el juego, y que le convierten en un motivo seguro de diversión por horas.
Como he anticipado, a diferencia de otros juegos de mesa, éste tiene otro gran punto a su favor desde mi punto de vista, y es la versatibilidad en cuanto al número de jugadores que pueden participar, pues apenas dos jugadores pueden jugar la partida sin que para nada ésta pierda interés respecto a cuando se juega con un mayor número de personas.
Otro punto a favor es el precio: la tercera edición, que incluye la expansión, cuesta 20 euros, por lo que es bastante asequible y le convierten en un buen regalo.
En conclusión muy recomendable, no sólo para los más «frikis» de los juegos de mesa, sino en general para el gran público pues me parece un alternativa excelente a otros juegos de mesa más conocidos y tradicionales.
Por último, simplemente apuntar que hay una página en la que se puede jugar online a Ciudadelas con otros jugadores, aunque es cierto que la dinámica pierde bastante porque no tiene la inmediatividad del juego de mesa.
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