Cuando te compras la primera cámara reflex, comparas características técnicas, fabricantes, precios, pero no caes (o por lo menos yo no caí), en que tendrás que comprarte muchos accesorios para sacarle todo el partido: baterías, tarjetas de memorias, mochila, filtros, protectores, … ¡Y objetivos! ¡Hombre, pero ya trae uno! sí, es verdad.
En los foros de fotografía al que trae mi cámara (un 18-55) le llaman «el pisapapeles», porque es para lo que sirve. El adjetivo es un poco exagerado, porque se pueden hacer buenas fotos con él, pero enseguida te das cuenta de que te falta zoom y un poco de nitidez. Y como soy un novato en esto de las réflex, pensé en comprar un todoterreno, que me sirviese como teleobjetivo y gran angular, y que me permitiese no cambiar de objetivo al cambiar el tipo de fotografía que iba a hacer.
Esto puede parecer una trivialidad, pero los sensores de las cámaras reflex quedan al descubierto cuando cambias de objetivo, y cualquier manchita en el sensor se traduce en una mancha en todas las fotos que hagas después. Los que tienen una cámara Nikon, tienen objetivos Nikon que cubren las focales que andaba buscando (18-200) y además estabilizados.
El precio es un poco caro, pero por lo menos tienen la opción. Además tienen este Sigma, que también es un 18-200, en montura Nikon. Y existe la versión estabilizada. Los que tenemos una Canon, aún no tenemos la suerte de tener un objetivo Canon de estas características, pero podemos comprar el Sigma.
Evidentemente un objetivo que vale para un rango focal tan amplio implica que pierdes un poco de calidad en muchos puntos de ese rango, pero para el fotógrafo principiante no es un problema. Más adelante, si mi ojo es capaz de percibir esas pérdidas de calidad, ya compraré objetivos más específicos.
Respecto a este objetivo, lo he probado en exteriores y funciona bastante bien. Es más nítido que el 18-55 del kit, y te permite hacer fotos a objetos mucho más lejanos. Además, con distancias focales grandes es más fácil desenfocar fondos, cosa que con el 18-55 es complejo.
Todo esto desde el punto de vista del principiante. Supongo que un fotógrafo experto podría sacarle mucho más rendimiento. En mi caso me compré el estabilizado. Esto significa que el objetivo lleva un motorcillo que compensa los movimientos de la cámara. Esto se traduce en que compensa unos tres pasos, es decir, que si para una determinada apertura o velocidad una foto te sale bien, pero reduciendo velocidad o apertura te sale movida, con el estabilizador podrías bajar hasta tres pasos sin que salga movida.
Esto es lo que se comenta en los foros, y con las pruebas que he hecho en casa fotografiando libros en las estanterías, la verdad es que poner el estabilizador implica que ganas muchísimo en nitidez. Las fotos en interiores y con poca luz suelen salir muy movidas, y el estabilizador ayuda bastante.
Diferencias respecto al objetivo incluido en el kit. Distancia focal mucho más amplia, mucho más pesado (unos 600 gramos, la cámara se inclina de lo que pesa) y mejor calidad en las fotos. Respecto a cómo utilizarlo, es muy intuitivo.
Lleva dos anillos, uno para cambiar la distancia focal y otro para enfocar en manual y dos palanquitas, una para cambiar entre enfoque manual y automático, y otro para activar el estabilizador. Normalmente lo tengo desactivado y sólo lo activo cuando la velocidad es más lenta que el inverso de la distancia focal, ponderado con el factor de corrección del sensor (1,6 en Canon).
Es una de las reglas «tradicionales» de la fotografía para saber si una foto saldrá movida. Cuando veo que puede pasar, activo el estabilizador.
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